Elegir que carrera estudiar

Como Descubrir mi Futura Profesión o Carrera

Dar una relación de profesiones y explicar en qué consisten o cómo se aplican, no es brindar una completa orientación vocacional. No basta dar además métodos eficientes de estudio, o aconsejar respecto a las formas más adecuadas de rendir un examen de admisión. Antes de toda esta información es necesario estar seguros de que el joven se haya encontrado con ese talento tan especial que cada uno de los humanos tenemos, pero que muchas veces no descubrimos.

A esta condición se añade nunca dejar de lado las llamadas determinantes circunstanciales, recursos económicos, ambiente familiar y social. Determinantes que, de no ser favorables, deben dar paso a mecanismos que le permitan al estudiante transformar aquella realidad inversa hacia su favor.

Cómo Descubrir nuestro talento

Sabemos en principio que todas las personas somos diferentes. El hecho de pertenecer a una misma familia o sociedad, el compartir los mismos ideales, el compartir la misma cultura, no implica que las personas piensen de la misma manera, mucho menos que tengan intereses idénticos. Todos nosotros nacemos con un rasgo particular que nos diferencia de cualquier otra persona sobre la tierra: no, no me refiero a los rasgos físicos, sino más bien a la personalidad, siempre única en cada ser humano. De acuerdo a nuestra personalidad y aptitudes, tenemos intereses diferentes que nos llevan a desarrollar ciertas actividades con mayor disposición y dedicación que otras.

En el colegio cualquier alumno por más  estudioso o relajado que parezca, disfruta más con un determinado curso. Este es ya un primer indicador de una probable carrera o actividad futura. Sin embargo, hay muchos jóvenes que no logran encontrar, aquella actividad que les satisfaga y que les guste desempeñar; son casi siempre los alumnos menos aplicados, los que rechazan todos los cursos y los que estudian con la única intención de aprobar.

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Por lo general, se dice que son los menos inteligentes: la realidad es que están menos motivados pues no logran descubrir aquel talento con el cual han nacido.

Aquí debe empezar la verdadera orientación vocacional, la que ayuda al joven estudiante a encontrarse a sí mismo.

La mejor orientación está en manos de los padres de familia, y consiste en brindarle a su hijo una gama de estudios alternativos a la escuela, sobre todo en la temporada de vacaciones.

El niño o adolescente podrá descubrir en cursos libres pintura, deportes, matemática recreativa, redacción, computación, etc. Una inclinación que se podría definir al mediano plazo. Lamentablemente los padres no siempre pueden hacerlo, sea por desinformación o por falta de recursos económicos.

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Definiendo la Profesión o carrera a estudiar

Una vez que somos conscientes del talento y las aptitudes que tenemos, el siguiente paso es elegir una profesión o carrera específica en la que nos podamos realizar para empezar a estudiar. Para ello, es necesario que el joven tenga acceso a la mayor cantidad de información sobre profesiones o carreras técnicas, y realice visitas a universidades e institutos, donde podrá estar en contacto directo con el ambiente de estudios y de trabajo al cual se integrará probablemente.

Si el joven cree haber encontrado la profesión ideal o si aún no se decide del todo, es recomendable que contacte con profesionales que realicen actividades de su interés. Para que le cuenten sus experiencias y vivencias, y para que le muestren de manera práctica su ocupación.

Imaginemos que un alumno termina la secundaria con buen nivel académico y convencido de que tiene vocación por las ciencias de la comunicación. Ya se le tomó un test psicológico que corroboró sus inclinaciones y el chico procede a informarse de los lugares en los que puede estudiar. Sin embargo, surgen dos grandes problemas: su familia no aprueba la carrera por desconocimiento de la misma.

El papá es un profesor que anhela que su hijo estudie una carrera de ingeniería o de derecho y todo el tiempo se la pasa hablando de las ventajas de estas carreras que "aseguran su futuro". Sin duda, hará malabares para hacerle cambiar de parecer. Si el joven no tiene la suficiente convicción, iniciativa y "orientación", terminará cediendo ante las presiones de su padre, y estudiará una carrera que no podrá vivir al máximo.

Cuando hablamos de determinante circunstancial nos referimos a los factores que influyen en la decisión profesional del joven y que éste, por su inexperiencia, muchas veces no logra eludir. Tres determinantes circunstanciales son las que predominan en su opción final: factores económicos, familiares y sociales son, en ese orden, las mayores dificultades que tiene que enfrentar un joven que deja las aulas escolares y que urge de una real y completa orientación vocacional para una mejor decisión. Y que la asuma con responsabilidad.

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En una verdadera orientación vocacional no podemos dejar de lado estas determinantes. El joven que sale de secundaria cree que lo puede todo, pero frecuentemente se choca con una realidad que lo amilana. La convicción y las esperanzas no deben debilitarse nunca.

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